Digital Magazine of the Comboni Missionaries 
in America and Asia

SANTUARIOS DE AMÉRICA
Santuario de la Virgen de la Candelaria de Carelmapu (Chile)

Desde tiempos de la conquista española, Carelmapu -que significa verde país- al igual que Calbuco, fueron lugares importantes dentro de la administración y en el modo de vida de Chiloé. En el siglo XIX, la división política administrativa hizo que estos lugares pasaran a ser parte de la provincia de Llanquihue. Fue fundada en 1602 por familias salvadas de la antigua Osorno, y nombrada San Antonio de Carelmapu. Es un pueblo costero y sus contornos son medianamente fértiles y muy selvosos. 
la imagen venerada en Carelmapu está revestida de la pátina sacra de una Historia que se confunde con la del lugar desde sus muy remotos inicios. De acuerdo a la tradición, la Virgen de la Candelaria habría venido al Sur en una expedición del propio Pedro de Valdivia y llegado al histórico y encantador pueblo junto con los sobrevivientes de la Destrucción de Osorno en 1602, para — desde entonces — permanecer fielmente en la vida de su pueblo carelmapucino hasta nuestros días.
La imagen de Nuestra Señora de la Candelaria llegó a Carelmapu en su fundación hace 400 años, y luego de que un huracán en 1632 azotara al pueblo y destruyera el templo, fue trasladada a Chacao. Posteriormente, en 1643, con ocasión del ataque de piratas holandeses a Chiloé, los que quemaron el templo en Carelmapu, los lugareños y devotos decidieron esconder la imagen para su protección.
Se celebra en este lugar el día de la Candelaria o de la Purificación de la Virgen, una fiesta y feria a la que acuden más de tres mil devotos por tierra y en embarcaciones.
Esta señora de las Candelas de ropaje amarillo, con alta corona, que carga a un niño en sus brazos sale a pasear por el mar de la bahía de Carelmapu. Allí se realiza una singular procesión en el mar, donde la imagen es sacada en andas por buzos mariscadores y pescadores artesanales cada 1 de febrero y luego sale a navegar junto con San Pedro. En esta procesión Nuestra Señora de la Candelaria es la dueña de la fiesta.
Cada 2 de febrero entre 30 mil y 40 mil devotos concurren a homenajear a la Virgen mediante una procesión en el mar. Esta se ha convertido en la celebración religiosa más grande e importante de la Región de Los Lagos.
La Iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria 
Las obras de construcción de la iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria de Carelmapu comenzaron el año 1913, y es un punto de encuentro para los devotos de la Virgen de la Candelaria en la zona.
La Iglesia cuenta con 770 metros cuadrados de superficie, distribuidos en tres naves, bajo los principios constructivos de la típica arquitectura de las Iglesias de Chiloé, salvo por la ausencia de pórtico. Su materialidad es en base a madera nativa y cuenta con una planta basilical de vastas proporciones. Una de sus principales características es su torre de campanario construida sobre el hostial. Sin embargo, este inmueble destaca más por su historia y fiesta religiosa asociada que por sus méritos arquitectónicos y la calidad en su ejecución.
Esta Iglesia es un importante centro religioso, donde anualmente se celebra la Fiesta de Nuestra Señora de la Candelaria, una imagen con más de 400 años.
Si bien la Iglesia fue declarada Monumento Nacional el año 1993, desde el terremoto de 1960 presenta serios daños. Afectada por una fuerte inclinación hacia el sur, la cual se ha ido acentuando a partir de sucesivos temporales que caracterizan el clima de la zona. Además, su torre está en mal estado desde 1968 a consecuencia de un incendio que se ocasionó por un rayo que cayó sobre ella. También presenta en las maderas de su cubierta daños ocasionados por termitas.
El centenario templo, Monumento Histórico Nacional desde 1993, permanece cerrado desde 2012, aunque ya estaba con restricción de uso desde 2008, por alto riesgo. Pese a que sus paredes se apuntalaron y se repararon otras áreas de la Iglesia, nuevos temporales han agudizado su situación de abandono. Actualmente el templo está a la espera de una profunda restauración. Se deben renovar todas las vigas estructurales de madera, junto con el piso, paredes y techumbre. A cinco años de su cierre, aún vive un permanente riesgo de desplome.     

El perdón cura las heridas provocadas por el resentimiento y renueva las personas, las familias, las comu- nidades y la vida social. El perdón es la clave de nuestras relaciones con Dios, con el prójimo y con nosotros mismos El perdón es una necesidad. Si no perdono, no puedo ser perdonado. El perdón es un proceso, este es, un continuo crecimiento hacia la libertad interior. No olvidemos que algunas experiencias son tan dolorosas que requieren mucho tiempo transcurrido en el perdón.